A mí me daban dos

Un supermercado (uno cualquiera) es un gran ejemplo del márqueting directo al que nos someten: descuentos en productos de temporadas anteriores, el picoteo gratuito de algunos productos o el 2 por 1. Más de una vez se ha dicho que la biblioteca -márquetísticamente hablando- no es un centro cultural que sólo genera pérdidas económicas, sino una empresa a la que publicitar. Y tenemos que aprender, y pronto, so pena de caer en la obsolescencia como producto caduco y amarillento que recuerda vagamente el papel, o con el riesgo de reconvertirnos y reciclarnos en cuatro ordenadores conectados a Google. Probablemente eso haría feliz al común de los usuarios, pero nosotros lo sufriríamos en nuestras delicadas y sensibles carnes.
Manos a la obra. ¿Qué vende? ¿la mojigatería? no. ¿sexo? sí. ¿Qué estrategia a seguir? El 2 por 1, por supuesto. Hay que hacer que nuestra campaña corra de boca en boca.




[Gracias a Rosa por enviármelo]

 

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