Ser bibliotecario es una profesión de riesgo: la estadística no miente

En los últimos días, nuestros comentaristas se han hecho eco de las difíciles, y a veces violentas, situaciones por las que hemos de pasar en nuestra profesión: Pandillas de jovenzuelos come-pipas y eructantes, vándalos de toda índole que destrozan el mobiliario y llenan de pintadas los lavabos (cuando no hacen otras guarradas)... la lista es larga y podría extenderme durante páginas. Aunque no voy a hacerlo (que luego se meten conmigo... panda de abrazanenúfares).

La cuestión es que nuestra profesión, lejos de ser el trabajo aburrido y tranquilo que suponen la mayoría de los mortales (también llamados usuarios), es un trabajo de alto riesgo y peligrosidad extrema.

Mmm, noto que hay cierta incredulidad ante mis anteriores afirmaciones. Pues créanme: Hasta los estadísticos lo confirman.

Sirva de muestra el siguiente ejercicio de mi última práctica de Estadística. Aquí va el enunciado:

Se ha hecho una encuesta entre 500 bibliotecarios para obtener una serie de datos. Se ha observado que la edad se distribuye normalmente con una media de 38 años y una desviación estándar de 6.
¿Cuantos bibliotecarios son mayores de 55 años?


Para aquellos que, o no tengan ni idea de estadística o, por otro lado, la tengan un tanto olvida, baste decir que cuando el enunciado dice "se distribuyen normalmente" no se refiere a que se juntan en un bar y se sientan de manera organizada por orden alfabético... Que tenemos nuestras cositas, pero no somos tan raritos. No, en realidad se refiere a una función matemática llamada función normal o distribución normal.

Como tampoco quiero aburrirles con mucha teoría... o sí (en fin, ya veremos dónde me lleva el sadismo para con mis lectores) les resumiré que una distribución normal se define por una curva simétrica descrita completamente por su centro, o media aritmética, y por su dispersión, o desviación estándar. Esta curva, llamada curva de densidad, se define como una función no negativa que tiene un área igual a 1 bajo la curva. Dentro de esta curva, la media sería la linea que dividiría la curva verticalmente en dos partes iguales y la desviación estándar sería la linea horizontal que, partiendo desde el medio, marcaría el punto de la curva en que ésta pasa de ser cóncava a ser convexa. Este tipo de distribuciones son muy útiles para calcular la probabilidad, o recurrencia, de un determinado dato. Para más información tómense esta ración de wikipedía.

Pero volvamos al enunciado que ya oigo roncar a unos cuantos. El caso es que se nos pide que calculemos la probabilidad, entendida aquí como el número de bibliotecarios que tiene una edad superior a 55 años, de que se dé este dato.

Con los datos que tenemos, es decir, la media igual 38 años y la desviación estándar igual a 6, el siguiente paso es normalizar 55 (que es la edad sobre la que nos preguntamos) según la siguiente fórmula:



Donde X es igual a 55 (o edad), μ (o media) es igual 38 y δ (o desviación estándar) es igual 6. Resumiendo (55-38)/6= 2,83. Una vez normalizado este número comprobamos el valor de 2,83 en una tabla distribución normal tipificada y observamos que es igual a 0,9977. Hecho esto, y sabiendo que el área total de una curva de densidad normal es siempre igual a 1, primero restamos (restamos porque queremos conocer los mayores de 55 años y no los de 55 o menos) 0,9977 a 1 para obtener 0,0023 y luego lo multiplicamos por 100 para obtener el porcentaje del 0,23%. Es decir, del grupo encuestado sólo un 0,23% es mayor de 55 años. Sabiendo que la muestra es de 500 bibliotecarios y, mediante este cálculo (500X0,23)/100, obtenemos un total de 1,15 bibliotecarios, o redondeando, tan sólo 1 bibliotecario mayor de 55 años.


En esta imagen pueden observar la curva de densidad de la distribución normal con la que hemos trabajado. La parte roja de más a la derecha marcaría la parte del área donde se encontraria nuestro solitario bibliotecario.

Aquellos que hayan conseguido seguirme hasta aquí sin haberse dormido, y teniendo en cuenta que 500 bibliotecarios es una muestra representativa en términos del total de la población bibliotecaria, concluirán conmigo que la nuestra es una profesión de alto riesgo ¡Sólo uno de cada 500 consigue superar los 55 años! Claro que la cosa no acaba ahí, pues si tratamos de realizar el cálculo para buscar los mayores de 64, sencillamente nos salimos de rango o lo que es lo mismo ¡Ningún bibliotecario consigue llegar a la edad de jubilación!

Yo no sé ustedes, pero yo ya ando buscando un buen seguro de vida...

PD: Para que luego digan algunos que decimos las cosas sin fundamento y al tuntún. Por otra parte, y por si a alguien le interesa, la práctica de la cual he extraído el ejercicio en el que he basado esta reflexión me ha sido puntuada con un excelente ¡¡¡Yupiiiií!!!

 

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