Sin revistas me quedé

¡Pues sí! Ya era hora que álguien pusiera a los usuarios de bibliotecas médicas en su sitio. Ha tenido que ser en Madrid (la capital del Reyno), donde con un par de cojones bien puestos y peludos la Consejería de Sanidad de Madrid, a través de su Agencia Laín Entralgo, ha dejado sin revistas científicas a toda la red hospitalaria de la Comunidad de Madrid. ¿Qué se habían creído? ¿Que esto era jauja? ¿Que siempre podrían ir chupando del bote? No, amigos míos, no. La paciencia (y la cartera) tienen un límite.

El colectivo médico se quejará de que se quedan sin su herramienta de trabajo. Pero ya se sabe que los médicos son una panda de aburguesados que están demasiado bien acostrumbrados a encontrarse en sus mesitas de trabajo o en sus mails los artículos que desean cuando lo desean. Ellos no saben lo que cuesta eso. Cuesta dinero, muuuuuuuuucho dinero. Y tanto dinero para que al final no se lean las revistas carísimas que les hemos comprado, no compensa. Es como comprarle una PlayStation a un niño para que la use como soporte para una mesa que cojea. Es tan gratificante ver a hospitales apuntándose a iniciativas de ayuda al tercer mundo para poder consultar un paquete de revistas básico... ¿Será esa la Alianza de Civilizaciones que propone el malvado ZP?

Primero fue el proyecto de privatización de los hospitales, y ahora esta medida. Conociendo el buen hacer de los gobernantes de la Comunidad, seguro que los dineros que se van a ahorrar se invertirán en cosas útiles para la comunidad. Aunque si por mí fuera, se debería construir una estatua de Esperanza Aguirre del tamaño del Coloso de Rodas, hecha de bronce, para colocarla en la Puerta del Sol de Madrid, con la cabeza de oro para reflejar los rayos del sol y así iluminar a esta España deshecha y desorganizada en manos de los socialistos.

Lo único que lamento es que Madrid se haya apropiado del tópico diferencial catalán por excelencia - la adhesión inquebrantable a la Virgen del Puño. No sé qué esperan los directivos del Servei Català de la Salut para hacer lo propio con los hospitales catalanes. Vamos, chicos, que no es tan difícil.

P.d. Obviamente, he escrito este post desde la ironía. Si las revistas no fueran tan tremendamente caras, y la información fuera más libre, nada de esto estaría pasando. Eso sí, lo de la estatua lo mantengo: sería un tremendo cagadero para la población de palomas de la capital y alrededores.

 

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