Se acerca el invierno

Como cada año, dirán nuestros ilustres e ilustrados lectores, aunque todavía nos faltan unos meses y un par de estaciones completas por medio. Los más frikis de los frikitecarios incluso se habrán dado cuenta de que la frase del título no es más que el lema de la casa Stark de Invernalia. Unos y otros seguramente no sabrán de qué puñetas quiere hablar el que suscribe: tal vez de la biblioteca escondida bajo los torreones del Castillo Negro, en el Muro?

Pues no. Su gozo en un pozo. No voy a hablar de Canción de Hielo y Fuego ni les voy a decir como terminan todos los capítulos de la serie. Bueno, sí, se lo diré: con un punto final. Han visto qué malo soy, haciendo espóileres... Pero no, amigos, no: el invierno que se acerca no es el frío invierno de cada año. Qué es el invierno? Una época gris, dura, de largas noches y cortos días que generalmente todos asociamos a cosas negativas. Exactamente como el "invierno" que se avecina a nuestras bibliotecas, ese "invierno" que sufrimos varias veces al año: la época de exámenes. Bueno, no exactamente: los días son largos, pero sí igual de duros y oscuros.

Dentro de nada, las bibliotecas que no estén ya llenas de ese ser llamado Escolasticus apuntofagus lo estarán. Los veremos deambular entre los estantes y por los pasillos con la mirada perdida en la lejana fecha del examen; veremos cómo intentant seducir a base de miraditas a su vecino/vecina de mesa; los veremos entrar y salir aferrados a sus móviles; veremos como se levantan para ir al baño en pareja o en grupo, nunca solos (a saber qué se esconde en los baños para que no puedan ir solos); veremos como devuelven tarde los libros que tienen en préstamo porque claro, tienen un examen y necesitaban ese libro (como tus otros compañeros de clase a los que has jodido, bonito); veremos sus miradas de odio hacia el vecino de mesa que no para de moverse o de golpear la mesa con el lápiz...

Y que es lo que no veremos? Pues a la mayoría no los veremos estudiar. No, porque para algunos la biblioteca no es ya siquiera una sala de estudios, sino un lugar de reunión y ocio. Tal vez deberíamos poner unos neones en la fachada, sustituir el mostrador de información y préstamo por una barra y la máquina de autopréstamo por un jukebox.

Pero resistiremos. Porque después del "invierno"... llegan las vacaciones.

 

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