Nuevas tecnologías al servicio de la biblioteca

Estamos en la era de la telefonía móvil.

Con un teléfono puedes llamar, mandar mensajes, navegar por Internet, realizar compras y un sinfín de actividades más.

Pero, ¿que pasa con el mal uso que se hace de estos aparatejos? ¿Porqué suenan siempre en los entierros, en las reuniones y lo que es peor, en las bibliotecas?

Si estáis cansados de colgar cartelitos que nadie lee: "Apaguen los móviles antes de entrar"

Si estáis hartos de esas carreras por los pasillos para salir a hablar por el móvil: "Espera que salgo, es que estoy en la biblioteca" y "cotoclop, cotoclop, cotoclop" del galope cenutril.

Si ya no soportas a ese merluzo que YA, NI SE MOLESTA EN SALIR e intenta mantener una conversación por teléfono en la zona de hemeroteca. (Breve, eso sí, el/la warrior librarian aparece enseguida armado/a de alzamientos de cejas y botas con punta de hierro)

Si os suceden todo este cúmulo de circunstancias a prueba del santo más paciente existe la tecnología para combatirlo: los inhibidores de frecuencias.

Para bibliotecas os aconsejo el siguiente modelo. Es barato, disuasorio, efectivo y además tiene la ventaja que igual puedes usarlo con el teléfono de marras o... con su propietario.


 

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