Biografía replicant

Era cuestión de tiempo. No sabemos si fue antes el huevo o la gallina, pero podemos estar seguros de que el usuario se creó en el mismo instante que el bibliotecario. Es duro reconocerlo, pero son parte importante y esencial de nuestras vidas. ¿A quién, sino, íbamos a arquearle la ceja con todo nuestro glamour? ¿Qué culo patearíamos si no es el suyo? La nuestra es una relación de dependencia basada en el amor-odio. Como decíamos, tarde o temprano Frikitecaris iba a dar un paso más para afrontar la realidad en toda su plenitud. Somos la voz del bibliotecario, pero hasta ahora hemos silenciado la voz del usuario. ¿Qué pasaría si...? ¿y si...? Ánimos, Frikitecaris, decidlo bien alto: ¿Qué pasaría si además de bibliotecarios contáramos entre los perpretadores un usuario? La voz del otro lado del mostrador, la cara con que nos ven ellos, su mirada y reprobación. No creáis que ha sido fácil, porque nos ha costado sudores lanzarnos al abismo que supone. Eso sí, intentaremos parar los golpes con dignidad y poner nuestra mejor cara.



Sé bienvenida com perpretadora-usuaria, Posh Spicy-Replicant, y ten en cuenta que en el fondo os queremos. Muy muy en el fondo, pero no deja de ser cierto.



Que Dewey no coja confesados. Mientras oye nuestras plegarias, os dejamos con la biografía de Replicant: hay que conocer al enemigo. Digooo, hay que conocer al usuario. Eso ;)



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Cuando yo nací no me esperaban y un poco más y no había nadie en casa (como le ocurrió a Gila). Era una mañana tórrida de verano y mi madre estaba en la ducha, mi padre dando una vuelta-por suerte en Barna y no en su amado Berlín-, y el ginecólogo haciendo submarinismo en la Costa Brava.
Como soy de natural impaciente, me dio por adelantarme un mes y pico, por lo visto no estaba a gusto o tenía curiosidad por ver el mundo exterior, no sé, lógicamente no me acuerdo. Tampoco me acuerdo de la caja de galletas que llegó a casa a mi nombre y que, con buen criterio, se zamparon mis padres de modo que a mí me dejaron una lata muy bonita pero ni las migas. “És que s’haurien fet malbé”, me dijeron más tarde los dos....
He de decir que las prisas y la manía de querer ver mundo no me han abandonado en todos estos años. De pequeña me dedicaba a corretear hasta poner nervioso/a al más tranquilo/a y de mayor, en fin, la que me pongo nerviosa soy yo con las calmas chichas de alguno/a, principalmente usuario/a. De ahí que adopte mi otra forma de replicante, medio cyborg, por si hace falta canear a alguien (bueno, que conste que no suelo hacerlo, ¿eh?). Pero a veces conviene meter (algo de) miedo. Cosas de sietemesina superada... llegué a la universidad y todo...(claro que esto último puede indicar o bien mi mérito o bien que en la Universidad española le dan el título a cualquiera!).
Bueno, a lo hecho, pecho!...y a partir de ahora a perpetrar!
Replicant, resistint des de 197....

 

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