Contraindicaciones (de ser unas bellezas)

Una de las consecuencias de las cualidades intrínsecas al hecho de ser bibliotecaria, es decir, ser guapa, divina y glamourosa, es que los usuarios te comen con sus miradas lascivas. Por supuesto, para la bibliotecaria la vida del usuario tiene la misma importancia en su vida que una carrera de caracoles. Y eso causa envidias y celos, pues el usuario no acepta que su miserable existencia no nos interesa lo más mínimo. Se cree que la fría mirada de la biblioteca es pura apariencia, y no se le ocurre pararse a pensar que nuestra frialdad es pura apatía por él. Y ocurre lo que ocurre: usuario despechado, usuario cabreado; si no eres mía, es que te dedicas a hacer la calle. Osan, incluso, tocar y manipular nuestro territorio: la bústia de retorn (buzón de devolución), para convertirlo en... en... la puta de turno 24 h. Ups.




Es el buzón de devolución de préstamos de la Biblioteca del Vapor Vell de Barcelona, reconvertido. Gracias mil al excelso, apuesto y único Blackonion por enviarnos la foto.

 

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