Regalos transoceánicos

A pesar de ser un gremio bastante amplio, un bibliotecario se suele sentir solo. Mira a sus cenutriousuarios como herejes en la hoguera, se defiende en su rutina y tira adelante con su vida. Y no tiene nada de malo, pero a veces, cuando uno se lame sus heridas demasiadas veces, se olvida de que hay mundo allá fuera. Y entonces recibe un mail y piensa en lo bonito que es que mientras servidora se congela, los demás se acuerden de ella cuando pasan calor. Y así empieza un día abrazanenúfar...


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Hola colega!



Cómo van las cosas por allá? Espero que todo bien. Bueno, ayer vi el patético, aburrido, saquero, mal jugado y poco justo partido entre Chilito y España. Comprenderá que desde mi posición de goleado que no es del partido de lo que le quería hablar. Sino de que las tomas que daban al público se veía un ambiente totalmente frío. En el sentido climático, claro. Ustedes con parcas y bufandas, mientras acá los patos caen asados y los 33° a la sombra hacen los días tediosos, pesados y verse muy, pero muy lejos los primeros fríos de abril.
Así que por eso le envío de regalo un chaleco para pasar los fríos y un pañuelo por si es que se resfría. Obviamente con los motivos propios de la profesión, para ver si es que los comparte con la gente de frikitecaris.







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¡Gracias gracias gracias, Tito Parra!

Nota: Aún pueden participar en el Concurso de Frikitecaris.

 

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