Todo es según se mire

Hace unos días nuestra amiga del fotolog En los mundos de Yupi... se preguntaba por qué demonios los frikitecaris no se habían hecho eco de ese invento del maligno llamado la biblioteKa. La suprema dirección me encomienda darle las oportunas explicaciones ante el aparente descuido.

Ya en el mes de agosto del año pasado supe de la existencia del engendro. Como la noticia me la habían contado estuve buscando para asegurarme de que era cierta, tal era el estupor que me invadía. Y resultó que sí, que era cierto, que algún directivo de televisión, quién sabe si intoxicado por la ingesta de moluscos en mal estado, había decidido comprar el formato japonés y adaptarlo al refinado gusto de por aquí. Recuerdo que comenté algunas lindezas sobre el particular en otra bitácora y luego me olvidé del tema.

Para quienes no lo sepan, el invento en cuestión consiste en juntar en una biblioteca a una serie de tontos (que además ejercen, como decía mi profesor de Arte) para hacerles superar pruebas tales como comerse un bocadillo de pelos, darse tortazos en la cara con un pescado o romperse barras de pan en la cabeza. Palabrita que no me lo invento, vean.

Lo primero que siente una son ganas de acordarse de los progenitores de los progenitores de la idea, para iniciar luego un recorrido por refranes y lugares comunes, desde el clásico un tonto engaña a ciento si le dan lugar y tiempo, hasta el actual tontos y cocacola hay en todos los sitios.

Pero tras una reflexión más profunda te das cuenta de que el programa es una gran idea. Si señor. Es un filón, eso sí, con algunas deficiencias que habría que pulir. La principal de estas deficiencias es que, al parecer, hasta la fecha todos los participantes han sobrevivido a las pruebas. Pero aparte de eso, el programa demuestra que es posible conseguir que los componentes de un grupo de usuarios se agredan entre sí. Simple. Genial. Cómodo. Con las técnicas adecuadas no tendríamos que cansarnos repartiendo patadas voladoras, hachazos, collejas y demás a diario, dejando estas saludables prácticas únicamente para momentos de solaz y divertimento, evitando así que pierdan emoción por culpa de la rutina.

¿No es mejor ver el vaso medio lleno?.

 

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