Entrevista surrealista

Hoy nos congratula presentar a una de esas personas especiales y con las que es difícil coincidir. Y créanme, mejor no hacerlo en según que circunstancias.

Él es MARCos Carnicero, ilustre torturador de las catacumbas de la BNE. Seguramente no lo conocerá, ni habrán oído hablar de él, lo suyo es el trabajo en la sombra.

JJ- Para que se haga cargo del tipo de entrevista ¿La tortilla de patatas con o sin cebolla?

MC- En este sentido no soy nada ortodoxo, la cebolla le da alegría a la tortilla. Si no es muy seca, a no ser que sea de espárragos, entonces no hace falta.

JJ- Veo que es usted un entendido en la cocina

MC- Hombre, me gusta comer y son tantas horas. Además, en la biblioteca hay una buena colección de libros de cocina. Me encantan Arguiñano y Koldo Royo, aunque si se retrasasen en la devolución de algún libro mi trato con ellos sería el mismo que con cualquier otro, que yo soy un profesional.

JJ- ¿Torturas orientales o medievales?

MC- A dónde va a parar, lo medieval mucho mejor. Rápido y eficaz. Piense que no puedo estar todo el día echando gotitas de agua encima de la cabeza de la gente. Además, la tortura es una ciencia que persigue la rehabilitación del usuario. Si se puede arreglar la cosa con un mandoblazo bien dado, mejor que insertar chinchetas en los ojos, éso sería hacer daño por hacerlo. Yo a los usuarios los trato como si fueran mis hijos, con mucho cariño y ellos lo entienden.

JJ- ¿Algún usuario ha vuelto a verle después del castigo?

MC- No es muy frecuente, la verdad. En esta sociedad moderna se están perdiendo las formas, todo es más frío e impersonal y ya no cabe lugar para los detalles de este tipo. Lo último que me regalaron fueron unas gafas de pasta. El usuario ya no las necesita. Lástima que ya no venga por aquí, era un tipo bastante majo. Un poco quejica, que no hay para tanto. Le siguen quedando 4 sentidos...

JJ- ¿En qué universidad estudió para ser torturador?

MC- Estudié en la Universidad Pontificia de Chinchilla de Arriba, pero no son estudios reglados ni tampoco obtienes ningún título. Piense usted que no son estudios homologados. Con la chorrada de los derechos humanos, los movimientos sociales y toda esas cosas que se han inventado últimamente no hay quien trabaje tranquilo. Y encima para las prácticas nos tuvimos que conformar con indigentes mayores de 60 años, ¡¡¡con lo que se queja esa gente!!!

JJ- Señor Carnicero, ¿Qué opina de los estudios recientes que demuestran que los castigos no mejoran el funcionamiento de la biblioteca? Vamos, que la gente no devuelve los documentos antes porque se les sancione

MC- Ya se sabe que los estudios se hacen esperando unos resultados concretos. Nuestra profesión está mal vista, cada vez quedamos menos y los que llegan ahora están muy mal preparados. Demasiado manga han visto en la tele y se les va la cabeza. Pero vamos, pasa con todos los trabajos manuales, hoy en día la gente prefiere lo prefabricado, además de ser mucho más barato.

JJ- ¿En qué se diferencia su trabajo de ahora del de hace 30 años?

MC- Hoy en día todo está permitido, gente que recita poesía, adolescentes adictos al chat, exposiciones, incluso conciertos de música. Yo estoy chapado a la antigua, fíjese usted que el otro día estuve a punto de sacar la espada y utilizarla con un cuentacuentos. ¿Cómo iba a saber que tenía permiso para hacer el payaso delante de 20 niños y sus padres y madres? A dónde vamos a parar...

JJ- Muchas gracias por atendernos, esperamos pueda seguir muchos años en la biblioteca, aunque no me gustaría cruzarme con usted allí.

MC- No se preocupe, si no pegas chicles en los bajos de las mesas y devuelves los libros cuando toca, no volverás a verme.

 

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