Y se hizo la luz....

Septiembre, temporada alta de “síndrome de vuelta al cole” (“mamá, no quiero ir a la biblioteca ¡la gente me mira mal y es rara!" "Pues te aguantas. No haberte metido a bibliotecario/a!” , de buenos propósitos (“me apunto al gym y por fin conseguiré llevar 5 tomos de la Espasa en cada mano. Se va a enterar el chulito “mira cómo llevo el carrito con una mano” ) y el apasionante mundo de los colecciones por fascículos (Curso de macramé por correspondencia, 48 entregas…Para poder hacer un tapete con las bandas magnéticas antirrobo que la gente arranca y deja en un rincón del W.C.).

Pues les presentamos una opción para matar dos pájaros de un tiro…o 3… Aquí tienen el proyecto de los diseñadores Michael Born y Antoinet Deurloo: las Boeklampen o lámparas libro.







Geniales: ganamos espacio en los estantes reciclando libros (y nos deshacemos del maldito best-seller que nos hemos leído durante las vacaciones y que ha resultado un tostón insoportable) , ahorramos presupuesto en lámparas y hacemos trabajos manuales que nos hacen sentir unos manitas.
Y encima quedan monas. Ya lo dicen, algunas lecturas te iluminan…

 

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