Síndrome octubril (o como sobrellevar ser el último turno de vacaciones)

Hace unos días (bueno, algún que otro mesecillo), les contábamos las virtudes de ser el último en coger vacaciones en su puesto de trabajo para animar al personal. Ventajas hay, cierto. Pero no les vamos a engañar: tiene también sus “pequeñitos” inconvenientes.

En Frikitecaris no queremos escurrir el bulto y vamos a hacer una actualización con los contras y sus posibles soluciones (que, de paso, servirá de vía de escape-terapia a la arriba firmante, que está a puntito a puntito de salir en la sección de sucesos de algún periodicucho sensacionalista).

Estábamos en que hacer vacaciones en septiembre es la repera: Relajarse, disfrutar de la falta de aglomeraciones, temperaturas suaves y ofertas ofertosas para viajar. Y se vuelve más feliz que un ocho a tu puesto de trabajo, que a principios de octubre empieza a estar a pleno rendimiento. Bien, pues la felicidad es efímera porque te encuentras con que:

- Llevas 10 minutos de reincorporación, aún no has dejado el bolso en tu sitio y el/la directora/a te llama al despacho. “No te quiero presionar, pero ¿cómo llevas el informe estadístico para la memoria de la biblioteca? Es que estamos ya en el último trimestre…”. Responde con un “ahorita mismo te lo miro” y dirígete directamente a la máquina de café. (y, por lo que más quieras, no le pegues al/la directora/a con el bolso. No está muy bien visto que digamos)

- Tu cajón de material. (Sí, ése cajón que más o menos has hecho tuyo a base de codazos territoriales y donde has puesto tu nombre con unas letritas de Dymo estupendas) ha sido expoliado. Tu lápiz del Ikea, los post-it , el chupa-chups que te regaló un usuario majomajo y el Boli Bic que, tras horas y horas de trabajo en el mostrador de préstamo, era un molde perfecto de tu dentadura, han desaparecido. Resignación. Pide más material y que la suerte te acompañe (o intenta expoliar otro cajón cuando no te miren).

- Tus compañeros de trabajo, que volvieron con una sonrisa profidén que realzaba su moreno de sus vacaciones, han sufrido una transformación asombrosa. Su vocabulario se limita a gruñidos inteligibles y algún que otro taco lanzado contra la pantalla del ordenador (y acompañado de un golpe seco con el ratón). ¿Alguien recuerda la película “Gremlins”? Pues eso…Tranquilo. En 5-6 días hablarás perfectamente su idioma. No te preocupes.

- Tu pila de asuntos pendientes se encuentra en perfecto estado…. conservada debajo de montones y montones de hojas, libros, post-its y asuntos pendientes de nueva horneada. No te agobies. No vale la pena el esfuerzo. No conseguirás llegar a ella antes del primer trimestre de 2010, así que…

- Usuarios. Sí, se han reproducido. Los usuarios de agosto se han multiplicado por 5. Y estamos en plena temporada de inicio de clubs de lectura. Así que te ves rodeado de usuarios que empiezan el club de lectura de literatura congoleña, usuarios que están en lista de espera del club de lectura de literatura congoleña, usuarios que se dan de baja del club de lectura de literatura congoleña, usuarios que se quejan de la existencia de un club de lectura de literatura congoleña en lugar de kazaja... ¡Pero a quien coñ...le tocaba llevar el club de lectura de literatura congoleña! ¡Si a ti te tocaba el aula multimedia! (respira. El club de lectura de literatura congoleña se realiza en el aula multimedia. Asúmelo: Te han colado un gol durante el mes de setiembre. Y empieza a buscar títulos de literatura congoleña para ocupar 10 meses....)

La lista puede seguir hasta el infinito. Pero tampoco queremos deprimir a nadie. Ante todo, mucha calma. Se trata de resistir 11 meses, "nada más".

(… sic…con su permiso me voy a llorar a mi rinconcito)

 

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