Libros frescos ¡que me los quitan de las manos!

Todo el mundo conoce cómo funcionan las biblioplayas. En verano, la gente prefiere el agua al cálido ambiente de la biblioteca (o gélido, según el humor que tenga el tipo de mantenimiento al programar el aire acondicionado). Y si Mahoma no va a la montaña… Se trata de una iniciativa que demuestra el afán de servicio que tienen las bibliotecas y sus bibliotecarios. Pero, ¿Qué haces si vives en una ciudad sin mar? ¿O durante el invierno? ¿Se deja de salir a la busca y captura de usuarios majosmajos ávidos de lecturas?
Pues no. Si no, vean la iniciativa (con página en Facebook) de la biblioteca de El Casino de Manresa: El bibliomercado. Se coge el carrito y a "vender".



(con un poco de suerte, el bibliotecario de turno podrá volver a casa con la compra hecha)

 

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