Sexy, sexy

El otro día este fantástico e imprescindible blog se hacía eco de una noticia donde se ponía en duda el atractivo de esta/nuestra profesión. Cosa que demuestra que la prensa de este país está mal informada. (Ahora que lo pienso, lo demuestra ésto y otras cosas. Pero no nos vayamos por las ramas) Porque muestras de atractivo hay muchas (y se sabe y se comenta) Si no, que le pregunten a Keith Richards, que tiene un bibliotecario dentro que se muere de ganas de salir a la luz.
Por si no ha quedado claro, hartitos estamos del cliché de bibliotecaria gruñona –ogro con moño y menos sex-appeal que Laura Bush leyendo un libro marrón de economía y ganas de amargar el día a los usuarios Que quede claro: la profesión de bibliotecario/a es sexy. Y para muestra, la realidad y la ficción.
He dicho.

(y amargar, solo amargamos el día a los cenus. Pero en el fondo no es nada personal. Se trata de mantener el equilibrio natural de las cosas. Además, no se puede luchar contra la llamada de la selva)

 

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