La cabina

Vivimos tiempos marcados por innumerables cambios, crisis cataclísmicas y modas medioambientales. Que si la profesión no sabe dónde va, que si no hay dinero por culpa de la crisi —que bien les ha venido la crisis a algunos!—, que si debemos reciclar hasta la última gota de nuestros residuos... Y nosotros, mientras, preguntándonos todavía qué futuro nos espera. Pues bien, en Inglaterra nos dan una pista: van los muy sajones y reconvierten una antigua cabina telefónica en un punto de intercambio de libros. Y quien dice punto de intercambio podría decir biblioteca: con las tecnologías de la información y la comunicación actuales, podemos tener el OPAC en un móbil, y un móbil cabe sin problemas en la cabina... Quien tal vez no cabría sería el bibliotecario...


Talvez La-Compañía-Antes-Conocida-Como-Telefónica debería tomar nota y reciclar las antiguas cabinas que debe esconder en algún sitio. Así los probables futuros émulos del hombre de la cabina tendrían algo con que entretenerse en su encierro...

La noticia en La Vanguardia y en El Mercurio.

(via Juanma Santiago en septiembre y Eli Ramírez en octubre, y perpetrado por su seguro servidor en el día de hoy. La imagen, de Reuters, procede del artículo de El Mercurio)

 

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