El viajero

Frikitecaris está siempre alerta, al quite, pendiente de cualquier relato o historia relacionado con bibliotecas que aparezca por el ciberespacio. Pau nos dio el chivatazo de que Alberto García-Teresa acababa de publicar un relato ultracorto (o efímero, que parece que hay que decir ahora) en Literatura Prospectiva, nos pusimos en contacto con el autor, y éste nos concedió permiso para reproducirlo. ¡Muchas gracias, Alberto!
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El viajero

Alberto García-Teresa

Para los compañeros de las Bibliotecas Municipales de La Chata, Chamartín y Vallecas Villa

Aburrida de permanecer siempre en la misma novela insulsa de amor y lujo, el personaje decidió traspasar las tapas del volumen y saltar al libro adyacente en la estantería de la biblioteca.
Aterrizó en un relato de espías, y, tras recorrer sus páginas, convenció al malo malísimo (harto de ser eternamente perseguido) para que le acompañara en su viaje.
Continuó explorando libros, desplazándose de ejemplar en ejemplar, alterando las historias, sumando nuevos compañeros de aventuras (la princesa encerrada en el torreón se quedó en una obra de Gioconda Belli, los personajes kafkianos se embarcaron en una space-opera, el Minotauro en una novela de Verne), recorriendo sin descanso los estantes.
A día de hoy, los bibliotecarios prosiguen leyendo y releyendo los volúmenes, tratando de dar con ellos. Los lectores, por su parte, están encantados de no encontrar nunca un libro igual.

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Para quienes no lo conozcáis, aclaro que Alberto García-Teresa (Madrid, 1980) es uno de los nuestros, no sólo porque trabaja en una biblioteca, sino por la vena friqui, que lo ha llevado a ser uno de los poetas más destacados de su generación (por favor, leed poemarios como Hay que comerse el mundo a dentelladas, Oxígeno en lata o la plaquette Las increíbles y suburbanas aventuras de la Brigada Poética), ofrecer recitales poéticos nada menos que en la antigua Yugoslavia, o ser uno de los ensayistas más preclaros que ha dado la literatura fantástica reciente en lengua española. Sólo era cuestión de tiempo que apareciera en este blog. De nuevo, muchas gracias, Alberto.

 

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