En las bibliotecas hay que estar calladito. Son templos del saber, lugares que invitan a la reflexión, el sosiego, el trabajo intelectual, aparcar rencillas y ampliar conocimientos. ¡Y algunas tienen zona de juegos!
Si hasta los de la foto de arriba lo entienden, ¿por qué sigues hablando en mi biblioteca, cenu estúpido? ¡A callar!