Lecturas aromáticas

Todos sabemos que uno de los lugares más habituales para leer es el cuarto de baño, aunque para muchos sea un vicio casi inconfesable. También ocurre que en ciertos momentos de premura y a falta de un buen libro que llevarse al excusado, cualquier objeto con letras es válido para matar esos tiempos muertos que todos pasamos a diario: el bote del gel de baño, el champú, el limpiador multiusos e incluso el bote de ambientador que será tan necesario después de nuestra visita al señor Roca...

Algún listillo ha visto un filón en este mercado y ha inventado los ambientadores con extractos de capítulos de libros para que dejemos de devanarnos los sesos descifrando los alcoholes isopropílicos y el propylene glycol.




Visto en Ibelieveinad.

 

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