Obsérvese la profesionalidad con la que el niño de la puerta bloquea a la niña toda posibilidad de entrar en el recinto. ¿Nos hallamos ante un bibliotecario y una cenutriousuaria en ciernes? Es muuuuuy probable.
Si tienen un poco de memoria histórica con respecto a nuestros contenidos, ya hemos visto algún que otro ejemplo de iglús contruidos a base de libros. Pero claro, formaban parte de exposiciones artísticas y tenían una finalidad más o menos estética. Lo que no habíamos visto hasta ahora es esta simpática mezcla de iglú y agujero de una cueva donde vivía un hobbitt. Toda una casita del árbol para niños, pero en plan biblioteca.