La profesión de bibliotecario /a es sexy (no vamos a descubrir ahora la sopa de ajo) y es por todo el mundo sabido que las bibliotecarias ejercen un poder de atracción irresistible sobre la mayoría de los seres humanos. Algunos caen rendidos a sus pies y no escatiman muestras de su devoción. Si a eso le sumamos el efecto de la primavera, las consecuencias pueden ser extremas . A veces algunos llegan al punto de quererlas sólo para ellos ¿Qué no se lo creen? Pues pasen y lean lo que ocurrió el otro día en la Feria del Libro de Madrid.
Una pareja de bibliotecaria y librero. Si esto no es la perfección, que baje (o suba) Dewey y lo vea.
Una pareja de bibliotecaria y librero. Si esto no es la perfección, que baje (o suba) Dewey y lo vea.