La moda de los libros alterados
está de lo más en boga. Reconocemos que la línea fronteriza entre el
arte y la mutilación a veces es muy fina, pero el resultado estético, ya
sea por medio del collage o del esculpido
-su mejor representante es el artista Guy Laramee-, puede ser de lo más
placentero. En esta ocasión nos vamos a centrar en la variedad de los
llamados libros huecos o libros-hoyo, os aseguramos que os váis a sorprender o al menos echar unas risas:
“Hola, soy el señor vasco de Bricomanía.
Para hacer nuestro propio libro hueco tan sólo precisamos paciencia y
falta de escrúpulos para mutilar un libro, a ser posible desahuciado y
de tu propiedad…"
La 1ª vez que ví algo semejante fue en el vídeo Amante bandido (1984) de Miguel Bosé, en el que se mezclan El nombre de la rosa -el lugar de los hechos es una biblioteca histórica muy apañada- e Indiana Jones
-los objetos que Miguelito va sacando de los libros perforados (Dios
nos libre de que no fueran incunables) no son sino la impedimenta del
célebre arqueólogo de ficción-.
Está clara la uitilidad del soporte libro para ocultar todo tipo de
objetos, en especial objetos de valor o armas, por motivos y fines que
son evidentes.
El dueño o receptor del libro estaría como loco por llegar por fin al capítulo 19
Pero hete aquí que se puede dar la vuelta
por completo al concepto con sorprendente resultado, si tenemos en
cuenta la temática del libro-pistola bajo estas líneas: The Art Crisis de Bonnie Burnham.
Pero para terminar de rizar el rizo, aquí os traemos (y que Steve Jobs nos perdone) el verdadero Ibook. Olvídese de Kindles y Sony readers y adquiera su auténtico Ibook, ni qué decir tiene, en versión libro-hueco. Rechace imitaciones.
Ipod-in-book Vía The New Yorker