Dewey no quiera que me pase muy a menudo, pero de vez en cuando caigo en la trampa de intentar saber qué piensa nuestro usuario. Sin embargo, el mío es un pensamiento retórico e inútil. Porque después de ponerse a hablar a grito pelado en la biblioteca (pasándose por el forro todos los cartes que hay pegados a todas las paredes), arrancar los artículos que les interesan de revistas por siempre ya jamás mutiladas y preguntar cuánto cuesta el carné de préstamo, ¿queda algo?
Pues sí, queda esto:
RT @listocomics Se me acaba de ocurrir que si en la bibliotecas también pudiese abastecerme de sexo y comida gratis, ya sería todo perfecto.
Estimado cenu, no pretendas tener sexo con la bibliotecaria y ni se te ocurra pensar siquiera que te vamos a ofrecer un mísero vaso de agua de grifo. Sin embargo, si para ti la biblioteca no es el paraíso hecho realidad, no vayas, en serio. Así conseguirás que sea todo perfecto para los bibliotecarios. Un pequeño gesto, y todo un gremio feliz. Si a veces las cosas cuestan poco, ¿no te parece?
Gracias a Gamoia por el chivatazo ;)