Ricas y maduras, hoy va de carnavales

No se engañen por el título, esta entrada no trata de millonarias octogenarias, sino de algo tan humilde y tan sencillo como las chirigotas del carnaval de mi tierra, allí por el sur. Ricas y maduras son unas frutas que han ganado el primer premio dirigidas por el Canijo (recordadísimo hace un par de años por Las muchachas del congelao, 2º premio, y hace más todavía por Los que salimos por gusto, primer premio). No hay nada más que ver los tipos y escuchar su música, pero son sobre todo las letras.
Y es que pese a haberle dado a España dos premios Nobel de Literatura y poetas como Lorca, Alberti, Góngora, Machado, Javier Egea, Cernuda, Antonio Carvajal, Juan de Loxa, Bécquer, Blanco White, o Sabina, por nombrar sólo a algunos, los andaluces arrastramos fama de incultos y analfabetos, y no es así; cualquiera que haya viajado se habrá dado cuenta, pero ese no es el tema hoy. Lo que quería traerles hoy es un pequeño homenaje sincero y sentido al libro con algo tan "poco serio" como una chirigota.
Por si acaso, les dejo también la letra por aquello de que (dicen) el acento andaluz sólo lo entiende otro andaluz (yo lo llamo síndrome del karaoke cuando veo que nos subtitulan en los programas de la tele).



A ti chaval de tele y consola,
deja la play que quiero hablar contigo;
mira p’acá que esto sí que mola:
si no te suena, se le llama libro,
hace lo que no hace la Wii ni la X-Box.
Cuenta aventuras pero con su propia voz
y la puedes parar y también dar p’atrás.
No lleva cables ni electricidad,
con él puedes viajar,
puedes volar también,
cambiar la realidad,
o el tiempo retroceder.
Y al personaje le pones la cara
que tú le quieras poner.
Dale tu mano y verás
que no hay amigo mejor:
si lo miras te da todo
lo que encierra en su interior.
Dale tu mano y verás
un amigo de verdad
que su palabra mantiene
y nunca la va a cambiar.
Tiene tanto que ofrecer
que por la noche la gente
hasta se acuesta con él.
Tantas cosas puede ser:
compañero de viaje,
caja fuerte del ayer,
es el chispazo que enciende
la conciencia y el motor
y el primero que va al fuego
cuando llega un dictador.
Sólo depende de ti,
esto no es obligatorio,
no lo tienes porqué abrir.
Déjalo quieto en un mueble
y verás qué mono queda…
¡Pero el que no ha cogido nunca un libro
puede acabar como Belén Estebán!

 

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