Los bibliotecarios somos unos detallistas. Atentos y observadores, no dejamos escapar ni una; olemos el bocata de atún de los usuarios a medio kilómetro de distancia; nos peinamos amorosamente nuestro moño cada día y lo retocamos cada hora; observamos cómo llevan de torcida la camiseta nuestros usuarios y deducimos lo que han hecho el día anterior, y no fallamos ni una: House a nuestro lado es un aprendiz de Sherlock Holmes. Por eso, para nosotros es primordial no dejar nada al azar, ni siquiera los mensajes del contestador automático de la biblioteca.
- Esto es el contestador automático. No hay personal en la biblioteca debido al reciente estallido de peste bubónica. Por favor, no difundas esta información, ya que estamos a la espera de que el departamento de salud nos reabra en dos días. Por favor, llama entonces. Cof Coooooooooof!!!!!!!!!!!!! [agonizando]
- Yuuuuujúuuuuuuu, esto es la biblioteca infantil. No te podemos escuchar debido al jaleo que tenemos aquí montao; no te molestes en dejar un mensaje, porque tampoco lo podríamos oír. Podrías escribirnos, pero como nuestros jefes coleccionan sellos, no te podremos responder, pero si quieres intentarlo, allá tú, eres libre de perder tu tiempo como te apetezca. Talueeeego.
- Gracias por llamar a la biblioteca. No podemos atenderte, porque la drástica reducción de presupuesto de este año ha reducido nuestro horario a cuatro horas diarias. Sigue intentándolo a ver si consigues pillarnos abiertos. La esperanza es lo último que se pierde.
- Bienvenido a la biblioteca. Usted es importante para nosotros, así que no cuelgue. Alguien le atenderá en breve. [Pon el teléfono al lado de la radio, y déjalo. Cuelga al cabo de media hora]
- Ha llamado a la biblioteca. Si desea hablar con el bibliotecario, marque 1 y cuelgue. Si desea hablar con cualquier otro miembro de la biblioteca, cuelgue y marque 1.
- En estos momentos no podemos atender el teléfono. Tenemos un intruso con un [chillido]...click.
- Click [y cuelga]
El original, aquí.