Jamás juegues al streap-póker con una bibliotecaria

El otro día un usuario me dijo que estaba muy satisfecho por el trato que yo le procuraba , sobretodo si se tenía en cuenta lo bordes que eran mis compañeras con él (yo pensé que el tipo no se merecía menos, pues es un autentico pelmazo) . Ya sé que a mis ex-compis de Ibiza les costará creerlo, pues yo en esa época era el más borde de todos ellos. Pero sí, ahora soy un dechado de amabilidad, será que como no tengo ninguna responsabilidad, y soy prácticamente el último mono del lugar (fíjense sino, aquí estoy pringando en agosto), se me ha dulcificado el carácter.


Pero volviendo al usuario en cuestión, su comentario nos llevo a charlar sobre ese lugar común que es el gesto borde de las bibliotecarias. La verdad es que no todas son así. Mi ex-compi Rosa no lo era, pero es que ella es tan buena persona que le resulta difícil sacar a la luz ese punto borde tan natural en el resto (ay, ay, ay, ya veo por ahí alguna compañera afilando los cuchillos, esto hay que arreglarlo un poquito). No es que el resto sean malas personas, sólo que para ellas es más sencillo mostrarse bordes. Claro que tampoco les recomiendo que mosqueen a mi ex-compi, puesto que a buenas es muy buena, pero a malas...


Cuando se fue el susodicho usuario aún estuve un rato dándole vueltas a todo este asunto. Y la verdad es que a mí, ese punto borde de las bibliotecarias, me parece sexy. Tras esta afirmación puede que piensen que soy un poco rarito (y lo soy, pero por lo visto no por este motivo). Pero tras una breve encuesta entre miembros de mi mismo género (ninguno de ellos bibliotecario, por cierto), he podido comprobar que no soy el único a quién le pone esta pose distante y desdeñosa de nuestras queridas bibliotecarias. Esta visto que nos va la marcha.


Llegados a este punto ustedes se preguntarán que tiene que ver todo esto con el streap-poker. No se me impacienten, ya queda poco. En primer lugar por qué poner streap-póker y bibliotecarias en el título sirve de magnífico gancho (confiésenlo, seguro que se han puesto a leer ávidos, que son de un morboso...). Ya saben: el sexo vende. Pero el auténtico motivo fue que toda esa esa reflexión sobre la pose borde de la bibliotecarias me llevo a la conclusión de que es parte de su naturaleza. Es su cara de póker.


Su cara de póker... Y entonces pensé que jugar al póker con una bibliotecaria sería una labor harto difícil. Con esa pose uno jamás sabría que mano lleva, si sus cartas son buenas o malas o si se está marcando un farol. Lo más seguro es que uno acabaría desplumado. Y si estuviéramos hablando de streap-póker (¡Sí, por fin!) querría decir que acabaríamos en pelota picada (eso sí, absténganse los poco agraciados, nuestras bibliotecarias son muy exigentes).


Así que si alguna vez juegan al streap-póker con una bibliotecaria y ésta empieza a perder ropa, no crean que es por qué ustedes sean unos grandes jugadores. No, lo más probable es que les este dejando ganar. Pero por un momento olviden su orgullo de machos heridos y siéntanse afortunados ante la situación que se les presenta: Si juegan bien sus cartas (metafóricamente hablando esta vez), probablemente hayan triunfado y estén a las puertas de una noche inolvidable.


 

Twitter

About