Estamos en plena época de operación bikini: los gimnasios están saturados de gente cuyo objetivo es quitarse ese michelín aquí o tonificar ese glúteo allá. Pero si miran atentamente, pocos bibliotecarios encontrarán en un gimnasio. Nosotros tonificamos bíceps levantando la Enciclopedia Británica y hacemos lunge con un par de libros marrones de economía como peso. Ése es uno de los secretos del estilismo bibliotecario. Otro es el practicar el surfing en horario laboral, aunque normalmente de puertas para adentro.
Aunque podemos hacer una excepción y mostrárselo. Vayan aquí y vean.
Éso es glamour y saber y estar. Y cachondeo, mucho cachondeo.
[Gracias a Sfer por el enlace]
[Les recordamos que hasta el viernes 22 de febrero pueden seguir votando la primera ronda del Concurso de Eslóganes.]