¡Ahhh! Terminó agosto.
Y con él terminaron también las cañas en el chiringuito, los baños de sol, los baños de mar (menos para los que vivivmos en la costa ;P)
Durante aquel mes las bibliotecas fueron auténticos oasis de calma y de frescor gracias a que el populacho se entretuvo en las playas lo primero, y al aire acondicionado lo segundo.
Pero, ¿qué pasó con las bibliotecas sin aire acondicionado? o peor aún: ¿y si se corrió la voz de lo bién que se estaba en la biblioteca y esta se nos llenó de cenutriousuarios?
A grandes males, grandes remedios.
Hacer inventario siempre es una buena idea.