Que los frikitecaris nos pasamos la vida ideando formas de torturar a todo cenutriousuario que se nos ponga por delante es algo ya sabido en todo el mundo mundial. Vamos, que la fama nos precede.
Disfrutamos de lo lindo utilizando nuestros tremebundos alzamientos de cejas. Afilamos concienzudamente los tacones y las punteras, ya afiladas de por sí, de nuestras botas pateaculos. Por no hablar de la ya famosa hacha "Grineriana" (me permitirá esta licencia, querida compañera) o del látigo de siete colas que algunas manejan con gran habilidad dominatriz. En fin, cada frikitecari tiene su especialidad y se da sus pequeños placeres.
Pero para poder torturar a gustito necesitamos... cenutriousuarios, ¡está claro! Y para tener cenutriousuarios a los cuales torturar primero debemos atraerlos con nuestras sutiles y pérfidas artes hasta nuestro zulo, digoooo... hasta la biblioteca.
Hay abundante literatura profesional sobre como atraer lectores a las bibliotecas, como fomentar la lectura, como educar buenos lectores, etc. (Je, je. Hay autores buenos inventado eufemismos)
Nosotros ponemos nuestros cebos: algunos libros jugosos que atrapen al lector cual anzuelo, modernísimos servicios que atraen a los usuarios como moscas a la miel, atractivos diseños arquitectónicos bibliotecarios que por si mismos ya llaman a los cenutrios a sus entrañas... Y por supuesto el personal bibliotecario. Siempre a la moda. Siempre irresistible. Siempre dispuesto a repartir collejas.
Disfrutamos de lo lindo utilizando nuestros tremebundos alzamientos de cejas. Afilamos concienzudamente los tacones y las punteras, ya afiladas de por sí, de nuestras botas pateaculos. Por no hablar de la ya famosa hacha "Grineriana" (me permitirá esta licencia, querida compañera) o del látigo de siete colas que algunas manejan con gran habilidad dominatriz. En fin, cada frikitecari tiene su especialidad y se da sus pequeños placeres.
Pero para poder torturar a gustito necesitamos... cenutriousuarios, ¡está claro! Y para tener cenutriousuarios a los cuales torturar primero debemos atraerlos con nuestras sutiles y pérfidas artes hasta nuestro zulo, digoooo... hasta la biblioteca.
Hay abundante literatura profesional sobre como atraer lectores a las bibliotecas, como fomentar la lectura, como educar buenos lectores, etc. (Je, je. Hay autores buenos inventado eufemismos)
Nosotros ponemos nuestros cebos: algunos libros jugosos que atrapen al lector cual anzuelo, modernísimos servicios que atraen a los usuarios como moscas a la miel, atractivos diseños arquitectónicos bibliotecarios que por si mismos ya llaman a los cenutrios a sus entrañas... Y por supuesto el personal bibliotecario. Siempre a la moda. Siempre irresistible. Siempre dispuesto a repartir collejas.