Nunca he entendido la necesidad de la gente por tener vida propia. De veras, para mí la felicidad absoluta está entre mis cuatro paredes, con mis libros, mis queridos usuarios y mi pacífica rutina, que se desliza en el tiempo entre sellar y desmagnetizar libros. Creo que a la vida no se le puede pedir más que ver la cara de absoluta comprensión y compañerismo de ese usuario -el mismo que día tras día ameniza la biblioteca con las deliciosas melodías de su móvil a lo Paquito el Chocolatero- cuando le pido amablemente que deje el ordenador a otra persona porque su hora se ha acabado. O cuando esa chica situada en la mesa enfrente de mi mostrador es incapaz de levantar la cara del papel cuando me amenazan a gritos con rajarme, pero sí es totalmente capaz de venir a pedirme explicaciones sobre un usuario con una patología de difícil convivencia. Sí, claro, derecho de admisión, bonita. Como si, en caso de yo poder elegir quién entra, ibas tú a estar aquí tan alegremente. Día tras día. Hora tras hora. Con jornadas interminables de doce horas diarias, fines de semana incluido y sin poder hacer vacaciones durante más de dos semanas seguidas. Mi vida propia se resume en los domingos por la tarde, aunque de poco me sirve porque esas horas me las paso consumida por los nervios ante la perspectiva del día siguiente. Por su parte, mis superiores, esos concejales que se llenan la boca con grandilocuentes propuestas en pos de la conciliación laboral y familiar, no entienden o no quieren entender la situación. Sé que para ellos no dejo de ser un animalito que quita el polvo de los libros y se pasa las horas cotorreando con los usuarios. Para ellos mi vida familiar es tan importante como una carrera de caracoles, lo sé.
Sé que llega un punto en que es insoportable.
Llega un punto en que has de tomar una decisión drástica. José Ramón Martínez Mestre, bibliotecario en el municipio de Petrer, lo ha hecho y ha decidido ponerse en huelga de hambre. Desde Frikitecaris queremos hacer propia su reivindicación y darle nuestro apoyo moral. Corto y pego la noticia:
Un bibliotecario, en huelga de hambre por desacuerdo en los horarios
Europa Press | Alicante
El funcionario del Ayuntamiento de Petrer (Alicante), José Ramón Martínez Maestre, encargado de la biblioteca pública municipal 'Poeta Enrique Amat' comunicó este miércoles su decisión de acogerse a una huelga de hambre indefinida motivada por la ruptura de las negociaciones entre los sindicatos y el concejal de Cultura sobre los horarios de las bibliotecas petrerenses.
El funcionario en huelga de hambre, que lleva 10 años trabajando como bibliotecario, emitió un comunicado en el que aseguró que permanecerá "en huelga de hambre hasta que los trabajadores afectados sean recibidos por el alcalde de la localidad".
En este sentido, destacó que el concejal del PP, José Miguel Payá Poveda, "se ha negado a negociar tal y como dicta el convenio laboral de los trabajadores del consistorio petrerense y ha decidido imponer por decreto unos horarios que los sindicatos y trabajadores afectados califican de atropello humanitario y que vulnera todos sus derechos".
Con esta medida, según dijo, pretende que se vuelva a "abrir un proceso de negociación que aplace, 'sine die', el temido decreto con el nuevo horario de los trabajadores, que no afecta en absoluto el horario de apertura de las bibliotecas. El funcionario aseguró que la protesta "no se debe a ninguna reivindicación salarial sino al agravio comparativo respecto a otros trabajadores públicos y a su necesidad de conciliar vida laboral y familiar".
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Vamos a ser buenos niños y enlazamos la nota de prensa del Ayuntamiento de Preter aquí. (Fíjense en el apartado 4. Parece ser que los usuarios se volatilizan a determinadas horas o, en palabras de Geekteca, se quedan en stand-by ante la tele. Todo pudiera ser).