Hemos hablado mucho, y mucho más seguiremos haciéndolo, sobre el bibliotecario y la imagen que proyectamos en la sociedad. No obstante, querría pararme dos segundos en otra figura, a la sombra -si cabe- del bibliotecario: el auxiliar de biblioteca. Su imagen es aún más difusa y su cometido un misterio por desvelar, aunque lo que está claro es que se dedica a aliviarnos parte de nuestro trabajo, ya sea ordenando libros, fotocopiando revistas o respondiendo a consultas de los usuarios. En resumidas cuentas, el auxiliar es la pieza clave que nos permite a los bibliotecarios disponer de nuestro tiempo laboral para cometidos mucho más importantes, tales como beber café en nuestras tacitas mágicas o ligar con usuarios. El auxiliar, esa figura nunca valorada lo suficiente...
¿Cómo debe ser un auxiliar de biblioteca, os preguntaréis? Sencillo. Un ejemplo lo tenemos en Hannah, la auxiliar de Biblioteca, que por 6 dólares nos ayuda a limpiar nuestro teclado, escribir notas y mantener los recados en su boca. Y disponible en varios colores, además. No me digáis que no es un chollo...
Hannah The Librarian Assistant - $6
Ready and willing to assist you in all your timely tasks. Dust your keyboard, write your notes, and holds your messages in her mouth.