Frikitecaris sigue en su afán de dilucidar cómo es el prototipo del bibliotecario. Lo que no sabía era que el futuro bibliotecario tiene libro propio: una bonita guía de supervivencia.
Podemos extraer algunas conclusiones, así a simple vista: la bibliotecaria sigue llevando gafas, pero se ha cortado el moño (menos mal...) y atención al dato: el bibliotecario tiene pinta de chulapa y ostenta una bonita perilla. Eso sí, trajeado el chaval...qué impoluto. A ver, que levanten la mano los bibliotecarios que se paseen por este blog y tengan perilla o vayan con traje chaqueta a currar...uy, qué pocas manos veo...