Ilumíname

El bibliotecario vive rodeado de libros. Por doquier. El horizonte hecho libro, amontonados por todos lados. Y cuando no hay luz, nos dejamos la vista leyendo los tejuelos e intentando ver de qué color tiene la cubierta. ¿Quién no se ha descubierto poniendo cara de chinito -y marcando arrugas, no os olvidéis- intentado leer qué libro es ese que tenéis delante cuando -por casualidad- estáis de invitados en casa de alguien y han puesto una iluminación, digamos, ambiental? ¿A que fastidia un montón? Queridos amigos, Frikitecaris ha hallado la solución. Una iluminación acorde con el material a iluminar: el libro-lámpara.




[Vía Té con libros]

 

Twitter

About