Qué bien se lo montaban los bibliotecarios etruscos, ya en su momento sabían que para proteger sus más preciados tesoros librarios (tesoros literales, sus documentos los fabricaban con láminas de oro) tenían que defenderse de los cenutriousuarios de la época con uñas, dientes y hasta con las herramientas más sofisticadas de defensa que existían.
Aquí tienen una inspiración para cualquier Frikitecari que se precie: el hacha del bibliotecario etrusco, para acabar con los pesados más recalcitrantes...
Descubrimiento hecho en la exposición del Caixa Forum Príncipes Etruscos. Entre Oriente y Occidente.