¿Estás harto/a de que tu presupuesto sea parecido al destinado a investigación genética en el Vaticano? ¿Tus CU (cenutriousuarios, of course) son lo más parecido a las huestes de Atila que hayas visto jamás (comparables a las hordas de viejos/as en las cabalgatas de los Reyes)? ¿El becario asignado se cree Ranganathan? No sufras más, tenemos una solución para ti.
La hipnosis.
Sí, coleguitas. Con un péndulo, fuerza de voluntad y un chasquido de dedos podemos convertir al usuario más cabroncete en un geranio gracias al poder de la hipnosis. Y no hace falta que busquéis un manual a través del Google (insertad aquí el relinchar de un caballo al estilo Jovencito Frankenstein); sólo hace falta montar unas jornadas de hipnosis como las que han montado en Oxford, Massachussets. Allí, la biblioteca ha patrocinado unas jornadas de hipnosis, con el objetivo supongo de enseñar a los librarians a tener fuera de combate a los viejunos que se acercan cada mañana a leer el USA Today. Limpio y efectivo, como nos gusta a nosotros.
Ya sabéis, niños y niñas, por el control mental hacia la DMF!