Pues estáis equivocados. No tenemos una Barbie, porque son unas pusilánimes y unas mojigatas. Muchísimo mejor, tenemos la Librarian Action Figure.

Adolece de todos y cada uno de los estereotipos de la bibliotecaria monjil. Regaládsela a vuestros hijos, traumatizadlos, y haced que odien las bibliotecas y las bibliotecarias. El mundo será mucho mejor...
La cosa no iría mucho más allá si no fuera porque está basada en una bibliotecaria de carne y hueso. Sí, una señora, Nancy Pearl, que se supone que ama su profesión, se ha ofrecido a ser la modelo de tamaño engendro. Desde aquí le quiero agradecer su esfuerzo por difundir, de manera correcta y sin tergiversaciones, nuestra profesión y nuestra imagen.

EDITO: Por petición popular, ahí va una foto de la perlita:
