El otro día hablábamos de las normas para acercarse al mostrador de la bibliotecaria. Sin embargo, existe otra norma, de ámbito general y que se aplica en todas las bibliotecas: el silencio. Silenciosamente sepulcral, infinito y vacío es como debe ser el ambiente de la biblioteca, por lo que los usuarios deben comportarse a tal fin. Por supuesto, nada de lo dicho se aplica a los bibliotecarios. Por algo son ellos quienes mandan.