Reubicación

Fijaos en vuestra bibliotecaria; cada día allí, detrás del mostrador. Forma parte indisoluble de la biblioteca, y sin sus gafas, su moño, su índice hacia el infinito, sus gestos y ademanes, al paisaje le faltaría algo. Probablemente, no caeríais en la cuenta de inmediato: veríais la biblioteca diferente, como si hubieran cambiado algo pero sin lograr descifrar el qué, con la respuesta en la punta de la lengua. Y ahí está ella, majestuosa y cotidiana, dejando transcurrir el tiempo. Días, meses, años...¿qué futuro le aguarda? ¿existe un más allá para bibliotecarios?


 

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