Era una hermosa tarde de mayo. La luz del sol atravesaba los ventanales cuando el usuario cruzó la entrada de la biblioteca y, con paso dubitativo, se dirigió al mostrador.
-Buenas tardes -dijo el usuario frente al mostrador.
-Buenasss -dijo la bibliotecaria arrastrando la ese y acompañando su saludo con un breve chasquido de desaprobación. No era para menos, pues el usuario la había interrumpido de su habitual lectura vespertina de Frikitecaris-. ¿Qué desea? -añadió ante la indecisión del usuario.
-Estaba buscando un libro -dijo el usuario. La bibliotecaria lo miró fijamente. En su rostro se dibujaba una cara de falsa incredulidad que parecía querer decir "Vaya, jamás me lo hubiera imaginado".
-¿Algún libro en concreto? -espetó la bibliotecaria sin demasiado interés.
-Sí, recuerdo que otra vez que estuve aquí lo utilicé...-dijo-. Trataba de economía y era grande y marrón...
La bibliotecaria dirigió su mirada al cielo y pensó para sí ¡Gensanta! Otro de estos no, por favor...-¿Grande y marrón? -preguntó con un cierto tono irónico.
-Sí, exacto -dijo el usuario.
-¿Podría facilitarme algún otro detalle? -dijo la bibliotecaria recuperando su tono de aséptica profesionalidad-. Por ejemplo, cuando dice grande ¿a que tamaño se refiere? Como usted sabrá lo que a un hombre puede parecerle grande a una mujer puede parecerle no tan grande. Seguro que me entiende -añadió la bibliotecaria con un cierto aire de picardía.
-No sé, no sabría decirle -dijo el usuario un tanto cohibido.
-Indíqueme su tamaño aproximado -dijo la bibliotecaria tras pasarle una regla-. 28 cm. de largo. Sí, definitivamente es grande ¿Y de anchura? 12 cm. Y ya que estamos ¿recuerda usted la profundidad? 6 cm. -anotó las medidas en un papel y continuó con el interrogatorio-. ¿Y que me dice del color?
-¿Del color? Creo recordar que le dije marrón.
-Cierto, ¿pero que tono de marrón? -dijo la bibliotecaria-. Como usted comprenderá hay muchos tonos de marrón entre el marrón claro y el oscuro... El marrón chocolate, el marrón siena, el marrón Perú, el marrón coral, el marrón rosado, el marrón arena, el marrón moreno, el marrón bosque espeso, etc.
El usuario, visiblemente aturullado ante esa extensa, y desconocida para él, gama de colores dijo con un hilo de voz-. ¿Marrón oscuro?
Y así, durante más de un cuarto de hora, continuó el implacable interrogatorio de la bibliotecaria.
-Recapitulemos -dijo por fin la bibliotecaria-. Un libro sobre economía, de color marrón oscuro, con un tamaño aproximado de 28x12x6 cm., editado en tapa dura, cubierta de piel, letras del lomo doradas en bajorelieve, la tipografía del texto del tipo Neuzeit y unas 500 páginas ¿No?
-Exacto, exacto -dijo el usuario con un aire de satisfacción-. Ese es.
-Pues lamento decirle que no puedo ayudarle -dijo con seriedad la bibliotecaria-. Nuestra base de datos no nos permite realizar búsquedas por esas características. Otra cosa sería si usted recordara el título (o parte de él), el autor o una materia más concreta y menos genérica que la simple economía.
-¿Y por qué no me lo dijo antes? -dijo con voz quebrada el usuario. Su rostro era ahora la pura imagen de la desesperación.
-Creí que me estaba vacilando -dijo la bibliotecaria con rostro impasible y hierático-. Así que decidí seguirle el juego.
El usuario, cabizbajo y derrotado, se dirigió hacía la salida mientras de fondo, en un constante crescendo, podía oírse la maligna risa de la bibliotecaria.