Lo voy a confesar, pero sólo una vez y que no sirva de precedente: de vez en cuando -muy de vez en cuando- me equivoco. Se puede estar en posesión de la verdad absoluta, y sin embargo, que se te escapen ciertos hechos. Y lo confieso, suspiro. Pero no es un suspiro de alivio, sino de satisfacción. De alegría, si queréis: no siempre equivocarse es malo. A veces es muy bueno. Y cuando se pasa de la incredulidad a la felicidad, es de rechupete, incluso. Para comérselo a lametones. Aaaaiisssh...sí, chicas, el bibliotecarius macizorrus existe. Y respira, camina, sonríe...¿seguís oyendo mis suspiros? Empezad con los vuestros.
No consigo imaginármelo detrás del mostrador, intentando esquivar cenutriousuarios y arqueando sus cejitas. Ni lanzando libros al cogote de usuarios tocanarices. Puede que consiga verlo señalando al vacío donde están los libros, pero así lo único que conseguirá será llenar la moqueta de baba de usuariaenmadoradas...bueno, por el lado positivo, el resto de usuarios se resbalarán en dichos fluidos...
No quiero imaginarme la cola en su mostrador, con usuarias arrechuchándolo como si fuera un peluchín....poco tiempo le debe de quedar para hacer su café, almuerzo, tentempié y merienda...eso de ser admirado todo el día debe ser un tanto estresante.
Y diréis que miento. Que no puede ser verdad. Que una persona con tales abominables en forma de tableta de chocolate pocos libros debe haber visto en su vida. Además, ¿dónde están las gafas? ¡lleva el pelo sin recoger! ¡y no arquea la ceja correctamente! A los que duden, sólo les diré que la envidia es mala, malísima. A los que no duden, sólo les daré un nombre propio: David Olea. ; y un nombre musical: Not Guilty.Me perdonarán la broma fácil, pero desde aquí lo declaramos culpable de ser un magnífico ejemplar de bibliotecarius macizorrus, que dábamos por imposible de encontrar. Sólo Frikitecaris conoce el castigo a tan atroz pecado...
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[Gracias a David Olea por permitirme esta entrada, y a Geekteca por el chivatazo]