De copas... a la biblioteca

Nos quejamos de que nuestros usuarios son unos cenutrios sin educación ni modales que llegan dando voces o con todo tipo de bebidas y guarreos para comer (no me dirán que no se han encontrado nunca la zona de estudio llena de restos de patatas fritas o gusanitos...). Nunca me olvidaré de aquella ocasión en que me llegó un fuerte olor a chorizo y cuando me giré vi a un muchachote dando buena cuenta de un bocata tamaño gigante. Cuando le dije que en la biblioteca no estaba permitido comer me contestó: " ejque tanta horraf aquí dento dan muchambre y me lo termino enfeguida no fe precupe".

Y es normal tanta confusión habida cuenta de la cantidad de baretos que abundan en nuestro país que se llaman Biblioteca. Prueben con el gúguel: bar y biblioteca, seguro que encuentran alguno cerca de donde se encuentran.


Hasta hay alguno que se anuncia:

La Biblioteca - Bar de Copas

En esta biblioteca no predomina el silencio, sino la música española y un buen ambiente para pasar tardes o noches agradables.


Debe ser por estos anuncios por lo que se nos llenan nuestras bibliotecas de tanta "juventú hormonada", se piensan que ofrecemos lo mismo que estos antros de lujuria y perversión.

Justo al lado de mi facultad (la UC3M en Getafe, Madrid) estaba La Biblioteca, el bar más concurrido de la zona. Yo no solía ir mucho a estudiar a la biblioteca de la universidad (nunca he podido concentrarme con tanta gente, no me explico cómo podrán los apuntófagos...) pero cuando llegaba tarde a casa la excusa era perfecta:

"Sí, llego un poco tarde pero es que he estado todo el día metida en la biblioteca. ¿El olor a humo? En cuanto sales a tomar un rato el aire está todo el mundo dale que te pego al vicio, no se puede evitar, mamá."

Y no solamente ocurre en nuestro país, en todo el mundo podemos encontrar bares Biblioteca y no es necesario que haya libros en ellos, con la happy hour es suficiente...


 

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