Ahora entiendo por qué sólo saben pedir el libro de color marrón de economía, o el verde de medio ambiente: ¡el cerebro no les da para más!
Según un artículo de El País, los jóvenes de hoy en día no saben expresarse, sobre todo si lo tienen que hacer de manera escrita. Esto nos da cierta ventaja sobre ellos: con cuatro latinajos que les soltemos o cualquier palabra técnica nos dejarán en paz durante un rato. Esta es una de las razones por las que yo no termino de ver la tan admirada biblioteca 2.0, si el usuario no es capaz de comunicarse con nosotros de una manera correcta y ordenada, ¿cómo vamos a saber lo que quiere?
Otro tipo de cenutriousuario es el cenutriousuario especializado. Y tampoco lo tiene muy bien que digamos. Según se desprende de otro artículo de El País un porcentaje importante va drogado con fármacos destinados al alzheimer de las pobres personas mayores.
Con este panorama los bibliotecarios lo tenemos muy crudo: entre los que no saben hablar y los que van drogados... ¡Vaya fauna!