Ese gran ídolo de las multitudes juveniles y no tan juveniles que atiende por Shinnosuke Nohara, Shin-Chan para los amigos, y su muy histérica madre, Misae, nos enseñan a todos todo lo que (no) hay que hacer en la biblioteca si no se quiere correr el riesgo de acabar con la paciencia y la integridad física del bibliotecario de turno —el del ejemplo siguiente pertenece a la especie de los abrazanenúfares por su blanda reacción a los desmanes de madre e hijo... Para entendernos, lo que viene a continuación sería la plasmación manga de las lecciones de la Bruja Avería: desaprender a desenseñar como se deshacen las cosas. Aquí se deshacen, principalmente, la paciencia de una madre y la tranquilidad de una biblioteca. Vean, vean, y no tomen ejemplo...
[Visto en el blog de la Biblioteca Pública de Adamuz, Córdoba]
Nota: Aún pueden participar en el Concurso de Frikitecaris.