Muchos usuarios no han visto nunca a un bibliotecario despegar el trasero del asiento. Tenemos constancia de que arquear la ceja e indicar con el índice son ejercicios difíciles de ejecutar, aunque también sabemos que dichas actividades no queman muchas calorías. Entonces, ¿cómo es posible que las bibliotecarias posean esos muslos perfectos? ¿de dónde salen esos tríceps tan bien formados? ¿y esas piernas esbeltas? ¿y la cintura de avispa?