Ya estamos en verano, con el sol a pleno rendimiento, y mucho, mucho calor. En estos momentos uno desearía poder pasarse el día en la piscina o en la playita. Si no se puede, la biblioteca siempre está a un paso y, aunque ahí no se puede echar la siesta, sí es factible leer la prensa o alguna revista del corazón, con el zumbido de las máquinas de aire acondicionado atronando nuestras cabezas, en una especie de dulce y fresquita tortura. Pero no, oigan, sigue haciendo calor. La ropa se queda enganchada a la piel con una sensación viscosa, y entran ganas de ir desnudo a todas partes, libres de cualquier atadura téxtil. Quién pudiera ir desnudo a la biblioteca. Pues se no se queden con las ganas. Pasen y vean...
Si el sueño de Jaume es trabajar en la biblioplaya, voto a bríos que yo quiero trabajar ahí: la libertad absoluta, desinhibida, motivada (por ver a los usuarios, claro). Y fresquita. Esta biblioteca es la
American Nudist Research Library, y fiel a sus principios, recopila la historia del nudismo en América del Norte. Ignoro si en España ya hay algo por el estilo, pero en caso negativo, ya estamos tardando.
[Gracias a Arturo por pasarme la información ;) ]
