Mi incorporación al equipo editorial de este blog viene a acentuar esa dispersión numérica: a pesar de la predominancia femenina en el singular microcosmos bibliotecario, ya somos una amplia mayoría los coautores con barba. (Aclaro, si acaso, que la barba es una metáfora de la masculinidad; no me refería al felpudo de Yoko Ono.)
Tenía intención de provocar impacto mostrando fotos de bibliotecarias guarras para llamar la atención y aumentar, con este recurso fácil, la ya numerosa audiencia. Pero la recuperación de información tiene una magia sorprendente por la que una búsqueda como "sexy librarians" devuelve lo imprevisible. Veamos qué se entiende en el ciberespacio por bibliotecarias sugerentes.
Efectivamente, nada tan erótico como beberse el agua de un florero.
El mestizaje está de moda, aunque sea de mal gusto. ¡Viva la hibridación!

Con lo de guarras me refería a libidinosas, pero el lenguaje es tan ambiguo...
Desde luego, muchas discusiones airadas sobre un tema X terminarían en seco si los interlocutores se preguntasen mutuamente qué entienden por X.