Esas piernas, ¡las quiero en forma!

Mover las caderas y organizar cursos de hip hop en la biblioteca para que los adolescentes puedan seguir ligando en ella está bien. Cuanto menos, es divertido ver cómo se pavonean rayando a menudo el ridículo y observar su transformación hormonal entre libros, apuntes y meneítos de cadera. Pero los bibliotecarios, ¿qué, eh? ¡¿es que nadie va a pensar en nosotros?! Ya que -legalmente- no podemos crujir a los usuarios, tenemos que descargar nuestra ansiedad de alguna manera, soltar adrenalina y sentir que el cansancio es sólo un estado mental. Agotados y felices...practicando la patada voladora...



 

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